¿Realmente funciona ir a terapia?

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Foto por Docusign  en Unsplash

Un análisis clínico y basado en evidencia sobre su eficacia


La terapia ha sido un recurso fundamental para muchas personas que enfrentan diversas problemáticas emocionales y psicológicas.

En un mundo donde el estrés laboral, la ansiedad, el duelo y otros problemas de salud mental son cada vez más comunes, surge la pregunta: ¿realmente funciona ir a terapia?

Este artículo abordará la eficacia de la terapia desde un enfoque clínico y basado en evidencia, explorando los beneficios y los resultados que las personas pueden obtener al asistir a sesiones terapéuticas.

Como psicóloga con formación en psicoterapia y neuroeducación, considero esencial responder esta pregunta con claridad y rigor científico, dejando de lado los mitos para enfocarnos en lo que realmente sabemos.


¿Qué es la psicoterapia?

La psicoterapia es un proceso clínico sistematizado, en el que un profesional de la salud mental trabaja junto a un paciente para ayudarle a comprender y abordar sus dificultades emocionales, conductuales o cognitivas.

No se trata simplemente de “hablar con alguien”, sino de trabajar con técnicas validadas empíricamente, dentro de una relación terapéutica estructurada.


¿Qué dice la evidencia científica?

Existen múltiples investigaciones que demuestran la efectividad de la terapia en diversas condiciones psicopatológicas.

Desde tratamientos cognitivo-conductuales hasta terapias humanistas, la evidencia científica indica que los enfoques terapéuticos pueden ayudar a reducir síntomas de ansiedad, depresión y otros trastornos mentales comunes.

Veamos algunos ejemplos concretos:

  • En personas con trastorno de ansiedad social, quienes recibieron terapia (incluso con apoyo de tecnologías como realidad virtual) mostraron una mejoría significativa en síntomas emocionales y funcionamiento interpersonalfrente al grupo sin tratamiento (García & Santiago, 2013).
  • En casos de trastorno límite de la personalidad, enfoques como la terapia dialéctico-conductual o la basada en la mentalización han demostrado una reducción importante de conductas autodestructivas y mejoras en regulación emocional (Juanmartí & Lizeretti, 2017).
  • En contextos de trastorno dual (adicción + trastorno psiquiátrico), se ha comprobado que las intervenciones psicoeducativas motivacionales aumentan la conciencia de enfermedad y mejoran el compromiso con el tratamiento más que otras alternativas (Rubio et al., 2015).


¿Qué pasa en distintos contextos culturales?

La percepción social y el acceso a la terapia también dependen del entorno sociocultural.

Argentina es uno de los países con mayor proporción de psicólogos por habitante, y donde acudir a terapia está ampliamente normalizado y valorado como parte del bienestar.

En contraste, en México y otros países latinoamericanos aún persisten estigmas, mitos y barreras que dificultan el acceso.

Un estudio comparativo evidenció que jóvenes argentinos presentan una actitud significativamente más positiva hacia la psicoterapia, en comparación con jóvenes mexicanos y peruanos (Uribe & Vargas, 2020).


¿Por qué a veces no funciona?

La terapia es eficaz, pero no es mágica. Su efectividad depende de:

  • La calidad de la alianza terapéutica.
  • El grado de compromiso del paciente con el proceso.
  • La regularidad y continuidad en el tratamiento.
  • La elección de un enfoque apropiado para el motivo de consulta.

Es importante entender que el proceso terapéutico implica esfuerzo, práctica entre sesiones y disposición emocional. Si no hay implicación activa, es posible que los resultados no sean los esperados.


Entonces, ¿funciona?

Sí, la terapia funciona. Lo dicen la investigación, la clínica y la experiencia de millones de personas.

No es un camino rápido ni fácil, pero puede ser profundamente transformador cuando se realiza de forma profesional y comprometida.



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